lunes, 25 de julio de 2011

Segundo diamante: America se descubrió por error y la luna por una mamada



Hace poco he descubierto un lugar maravilloso. Es… como una terraza. Puedes sentarte al sol durante todo el día. Y se ven muchas cosas desde allí. Casi todas. Puedes ver las montañas, a lo lejos, y como multitud de carreteras parten desde ti a diferentes lugares. Y también llegan hasta ti desde todos los lugares.

Los errores no son tal, sino que siempre se transforman en puntos de partida que te llevan a soluciones insospechadas. Y es entonces cuando te das cuenta de que las mejores fotos son aquellas que no quisiste hacer. Las mejores frases son aquellas que no quisiste escribir. Y sobre todo, los mejores días son aquellos que no quisiste vivir. Esos en que te levantas, y huyes, corres durante kilómetros para no vivir un día de fiesta, escapas, escalas a esa terraza, y de repente descubres un nuevo día que amaneció a eso de las 12, pero que desgraciadamente anocheció cuando aún no eran las 8.

Hace poco he descubierto un lugar maravilloso. Me enseñó que es necesario ordenar tu casa antes de salir a comerte el mundo. A encontrar primero en tu interior la foto perfecta, para poder buscar una mejor allí fuera. Tal es su poder, que hasta Dalí parece más genio, e incluso Bukowski más borracho. Todos los artistas bajaron su caché al de creadores, y Picasso solo tenía que alargar el brazo para encontrar el verde que buscaba.

El humo de los porros estaba pasado por agua, y entre calada y calada aparecía de vez en cuando el tercero en discordia. Porque… 1- él estaba allí con nosotros aunque se empeñase en ir de boda. Y es que no hay dos sin tres. 2- ella estaba allí con nosotros aunque se empeñase en que no había boda. Y es que no hay dos sin tres. Y 3- …no hay dos sin tres. (te echaba de menos y enhorabuena).

Hace poco he descubierto un lugar maravilloso. En él un matrimonio podía ser feliz estando separado, y en algún lugar del más allá, una viejecita cumple su palabra y se la chupa a su marido.

Hace poco he descubierto un lugar maravilloso. Estaba habitado por un pequeño duende, al que prometí volver. Y hasta entonces, me traje de recuerdo de una ficción muy… “pulp” y la marca de unos labios en el dorso de mi mano.

Primer diamante: la parábola del hijo pródigo

A veces quieres escribir algo, quieres transmitir algo, y te encuentras con que alguien ya lo ha hecho antes y mejor que tú. Esto me ha ocurrido varias veces, pero es la primera que ese alguien es un tal "Dios". Y me gusta mucho la ironía que utiliza este autor.

Lc 15, 1-3.11-32

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús todos los publicanos y los pecadores para oírle. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.

Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.

Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."

Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado". Y comenzaron la fiesta.

Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irritó y no quería entrar.

Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!" Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."