jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuarto diamante: ¿Cuántas palabras hacen falta para escribir una poesía?

A menudo, el azar, disfrazado de poeta, nos sorprende gratamente:

"La mujer que mascaba chicle en el metro anhela tu imagen desde la primera nota de su despertador."

"El alma vacía después de un gran trago sopesa tirarse desde lo alto del Empire State."

"Oh la la, en el momento cúlmen del acto, vocaliza con lengua de trapo galimatías imposibles."

"Aquellos tesoros custodiados por el tiempo tienen un secreto escondido, muy escondido, pero sueñan con el día en que vea la luz."

"La guitarra olvidada en esa abuhardillada habitación nunca supo ser feliz."

"Tus caricias encendidas en aquella noche lluviosa apartan sus preciosas tetas para abrazarle el corazón."

"El protagonista de este cuento va uniendo brochazos con la esperanza de ver algo claro al mirar el lienzo desde lejos."

"El arquitecto de la cuidad de Gurú canta canciones arrastrando su corazón por cada esquina de las calles de esa fría ciudad."

"Las pestañas más largas de Babaluma se presentan ante nosotros con una humilde reverencia."