miércoles, 7 de diciembre de 2011

segundo diamante: visita al Cementerio de los Libros Olvidados

A veces, en un día monótono y gris, las más simples e insignificantes casualidades pueden ser pequeñas aventuras que te llevan a lugares misteriosos donde encuentras las más preciadas reliquias.

Hoy amaneció uno de esos días. A las 9 de la mañana estaba en la biblioteca de mi facultad estudiando materiales de construcción, y las perspectivas eran las de no salir de allí hasta la noche, entre la biblioteca y las clases.

En un momento dado, me levanto a buscar un libro de hormigones (sí, existen), y paso junto a una estantería con un cartelito: “Arte contemporáneo”. En la biblioteca de una facultad de arquitectura, puedo dar fe de que libros sobre arte contemporáneo no se leen demasiados… lo cual no dice gran cosa en favor de los estudiantes de arquitectura. Bueno, o sí, no sé. Decido echar un vistazo. Sonrío al reconocer algunos términos, algunos autores, algunos libros… Y me sobresalto (todo lo que uno se puede sobresaltar en una biblioteca) al ver un libro de Simón Marchán Fiz, “Del arte objetual al arte de concepto”. Es un libro que hace muy poco he estado buscando, y que cuando lo encontré, me pareció demasiado caro.

Lo cogí para echar un vistazo. Cuando paso la pasta, en la primera hoja, me encuentro con una dedicatoria del propio Simón Marchan para aquél a quién supongo que perteneció el libro en otra época, concretamente, el 16 de junio de 1972.

No sé, quizá debería salir más, para comprender que en ningún caso se puede considerar algo así como una aventura, pero yo en ese momento me sentí como Daniel Sempere en el Cementerio de los Libros Olvidados, en la novela de Carlos Ruiz Zafón. Era una página entre cientas, de un libro entre miles, la que guardaba la firma de quién de algún modo admiro. Bueno, de algún modo. Y la encontré. O ella a mí, como “La sombra del viento” a Daniel. ¿Qué más da? El caso es que ya sé lo que voy a leer cuando termine mis exámenes (si es que eso pasa algún día).

¿No os parece emocionante? Probad a vivir algo similar tras haber hecho una práctica de dosificación de hormigones y de granulometría de sus áridos y me contáis…

3 comentarios:

  1. Las casualidades son las cicatrices del destino, padre de Simón Chico.

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  2. me hubiera encantado que pusiera ¡Simon Marchan te quiere!
    Tu corazón de artista es lo que te hace sonreir! :D

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  3. Llegamos a la mañana del 5 de diciembre, cuando tiene lugar el acontecimiento que cambiaría la vida de Álvaro Chico... solo el descubridor de la tumba de Tuntankamón podría comprender la emoción de Chico al encontrar ese tesoro escrito 40 años atrás.

    http://www.youtube.com/watch?v=x60BE7JnwjA

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